El Coliseo Romano
Roma era una sociedad jerarquizada, constituida por patricios, plebeyos y esclavos. Los patricios contaban con cargos militares, políticos y religiosos, eran los nobles, los herederos de los fundadores de la ciudad, los plebeyos eran gente libre pero sin derechos, trabajadores del campo y las artes, y los esclavos eran prisioneros de guerra sin derecho alguno obligados a trabajar a cambio de nada para un señor, eran más un bien que un ser humano. Además Roma era una sociedad patriarcal, es decir, el poder recaía sobre el cabeza de familia. La monarquía era limitada, elegida por un consejo de ancianos, un senado integrado por los patricios jefes de familia y una asamblea popular. Durante la época del Imperio, en la que se construyó el Coliseo, Roma llegó a controlar Hispania y la península Itálica, además, se sucedieron las guerras civiles entre patricios y plebeyos. Estas guerras civiles llevarán a César Augusto (emperador de roma) a abolir la república y a unificar el Imperio Romano. Se inician entonces las dinastías y surgirá la monarquía militar. En esta situación César Augusto, descendiente de Julio César se autoproclama dictador y pasa a ser el primer emperador romano, recayendo todo el poder sobre él.
El Coliseo es un anfiteatro construido en honor a la dinastía Flavia, una representación de su poder. Como se menciona anteriormente, durante el Imperio surgen las dinastías, la dinastía Flavia logró recuperar el orden de la finanzas del estado, agotadas por el emperador Nerón. El Coliseo edificado en honor a esta dinastía no es más que una representación de su poder.
- Comentario artístico:
El Coliseo Romano o Colosseum, construido por la dinastía Flavia, y de arquitecto desconocido, es un edificio de la Roma Imperial en el Siglo I (concretamente 72-80 d.C.). Es un anfiteatro colosal diseñado para albergar a los espectadores y los participantes de los juegos. Se utilizó el arquitrabe y los arcos de medio punto sobre gruesos pilares que también sostienen columnas adosadas decorativas. Se aprecia una superposición de órdenes arquitectónicos; dórico toscano en el primer piso, jónico en el segundo, corintio en el tercero y compuesto rústico en el cuarto. Los pisos se distinguen perfectamente, el primero formado por 0 arcos de orden dórico toscano, transmitiendo una sensación de fortaleza y virilidad, el segundo, jónico, es más delicado y sensual, el tercero con capiteles de hojas de acanto y el cuarto, construido en tiempos del emperador Domiciano presenta un ático macizo decorado con columnas corintias que enmarcan las ventanas cuadradas. Este ático permitía aumentar la capacidad de espectadores y mejorar el efecto visual. Además ahí se sujetaba el velarium que protegía del sol y de la lluvia. En el interior se sitúa la gradería que rodeaba la arena, dónde se llevaban a cabo los juegos. Se diseñó un subsuelo, con multitud de cavernas y pasadizos para agilizar los juegos, además se construyó un sistema impermeabilizado de conducción de agua para poder realizar representaciones de batallas navales.
En Roma era muy importante mantener contento al pueblo, ya
que a pesar de su falta de derechos, eran una inmensa mayoría que
el gobierno necesitaba a su favor para poder ejercer el poder sin
problemas, además, la rebelión del pueblo supondría un grave problema debido a
su número. Así pues, se construían edificios dedicados únicamente al gozo
y diversión del pueblo, como eran los anfiteatros, los teatros o el
circo. Y está era exactamente la función del Coliseo, albergar 50.000
espectadores que se distraían de lo que ocurría a su alrededor y de la clara
manipulación de sus actos.
El arte romano tiene una clara inspiración en el griego,
aunque añadiendo matices que los diferencian. Los romanos tomaron de los
griegos sus columnas, sus estilos y las estructuras de sus edificios, y luego
lo modelaron a sus necesidades. Los griegos buscaban la belleza por la belleza,
mientras que en Roma el arte funcionaba más como propaganda que "arte por arte".
Muchos estilos a lo largo de la historia se inspiraron en el arte
romano, véase por ejemplo, la arquitectura paleocristiana, que mantiene la
estructura de la basílica comercial romana en sus basílicas, o el
neoclasicismo, que basó sus cimientos en recuperar el arte clásico con nuevas
aportaciones.
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