La Tríada de Mikerinos
Egipto fue una civilización que dependía totalmente del Nilo para sobrevivir, totalmente rodeada de desierto, el río era su único sustento para la supervivencia. Probablemente el hecho de que les rodearan desiertos fue la base de su culto por la muerte y lo importante que era ésta para los egipcios. Esa situación llevó a una visión cíclica de la naturaleza que mantenía un orden inalterable, y con el tiempo este orden pasó a otros aspectos de su cultura; las creencias debían permanecer inmutables al igual que las tradiciones. El faraón era el líder máximo egipcio, en su persona recaían absolutamente todos los poderes, era el encargado de mantener este orden y ciclo de costumbres y, además, se le consideraba un dios viviente, su contacto con lo divino. El poder faraónico era absoluto y la sociedad estaba resignada al trabajo y a este estado de inmutabilidad sin evolución. La sociedad egipcia era intensamente teocrática, la religión impregnaba cada uno de los aspectos de la vida cotidiana y, por esto, los templos y las castas de sacerdotes adquirían mucho poder. Esta religiosidad estaba íntimamente ligada con la creencia en el mas allá y la vida de ultratumba, los egipcios creían que el alma pervivía mas allá de la muerte, necesitando para su supervivencia todo lo que habían tenido en vida, de aquí nace la importancia de las tumbas, la momificación y los ritos funerarios egipcios.El monumentalismo, el colosalismo, la racionalidad matemática, el simbolismo y la eternidad son conceptos que tienen sus raíces en lo explicado anteriormente y que pasarán a ser claves en la cultura y arte egipcios.
Después de lo explicado anteriormente se sobrentiende que la figura del faraón era clave en la cultura y vida egipcias. Cada una de sus representaciones transmiten poder, divinidad y culto. Al igual que las representaciones de dioses, los monumentos al faraón eran colosales, rígidos, poderosos, pues su función era representar el poder, lo inmenso, lo divino, y rendirle culto y veneración. El faraón representaba todos los poderes juntos, era el que mantenía el orden y el ciclo de las cosas, el poder militar, el religioso, era un dios encarnado, absoluto y eterno. Cada estatua, templo o tumba era una clara representación de su poder.
-Comentario artístico:
Se trata de la Tríada de Mikerinos, escultura de bulto redondo adosada o altorrelieve casi exento. De autor desconocido, actualmente se encuentra en el Museo del Cairo. Pertenece al Arte Egipcio, a la época del Imperio Antiguo (2532-2504 a.C.).
Esta escultura está realizada en piedra granítica, pizarra concretamente. Podemos observar tres figuras en ella; la central es el faraón Mikerinos, y a sus lados se encuentran dos figuras femeninas. El faraón está ataviado con la corona del Alto Egipto y barba postiza, vestido con un faldellín. Es una escultura de bulto redondo adosada a una amplia pilastra que actúa de elemento unificador pero que también indica que la escultura fue diseñada para ser vista de frente, como casi todas las esculturas egipcias. Cumple con los cánones egipcios; la ley de frontalidad, el hieratismo, simetría, bloques compactos, canon de 18 puños, simbolismo e idealización. Mikerinos fue representado en una posición rígida, con ambos brazos a los lados del cuerpo, los puños cerrados y una especie de tensión rígida que contrasta con su expresión tranquila. Uno de sus pies avanza hacia delante, simbolismo utilizado para representar el avance hacia el mas allá, además ocupa el eje central de la escultura que es claramente simétrica, pero en una posición avanzada respecto a las figuras femeninas, resaltando así su importancia.
Una de las figuras femeninas es la diosa Hathor, diosa del cielo, simbolismo de luz y del calor de la vida. Ella adelanta un poco el pie izquierdo, sin quitarle importancia al faraón. Esta diosa se identificó con la madre del faraón y con su esposa, su nombre significa "Mansión de Horus", es la madre divina, la que aporta luz y crea vida, diosa del amor. Está representada con el disco y los cuernos de vaca típicos de Hathor. La otra deidad femenina porta el símbolo de Bat, la mitología de esta diosa es muy desconocida se sabe que fue adorada en Egipto desde tiempos muy antiguos, pero terminó siendo eclipsada por Hathor.
El arte qgipcio no varió en mucho tiempo, salvo pequeñas excepciones, pero si fue inspiración para otro arte; el griego. La escultura arcaica griega tiene una clara inspiración egipcia, los kurois o korés eran esculturas rígidas, hieráticas, con ambos brazos pegados al cuerpo. Si bien es cierto que, a pesar de los trazos egipcios, estas esculturas adquieren un toque de naturalidad y movimiento con respecto a la egipcia, y es este pequeño matiz es el que acabará evolucionando y alcanzando el ideal de belleza griego.
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